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Cinturón de Asteroides

Entre las órbitas de los planetas Marte y Júpiter hay una zona de 550 millones de kilómetros en la que orbitan alrededor de 20.000 asteroides. Se conoce como el Cinturón de Asteroides o Principal, para diferenciarla de otros grupos de cuerpos menores del Sistema Solar, como el Cinturón de Kuiper o la Nube de Oort.

 

Los objetos que transitan en esta región del Sistema Solar son totalmente irregulares, aunque hay cinco que poseen una masa mayor. Se trata de Ceres, Palas, Vesta, Higia y Juno. Ceres es el único planeta enano del cinturón, y cuenta con un diámetro de 950 kilómetros y una masa del doble que Palas y Vesta juntos. El resto de los cuerpos son mucho más pequeños. Los asteroides se clasifican en tres grupos, según su espectro y composición: carbonáceos (tipo-C), de silicato (tipo-S) y metálicos (tipo-M).

 

El material del cinturón se halla disperso por todo el volumen de la órbita, por lo que resultaría fácil atravesarlo sin chocar con ninguno de ellos. Sí resulta más probable que dos objetos de gran tamaño choquen entre sí, generando familias de asteroides, con composiciones y características similares. En estas colisiones también se genera un polvo que es el componente mayoritario de la luz zodiacal.

El Cinturón de Asteroides, al igual que el resto del Sistema Solar, se formó en la nebulosa protosolar. Todos los materiales de esta zona podrían haber formado un planeta, pero la gravedad de Júpiter lo impidió. Sus perturbaciones gravitacionales hicieron que los fragmentos colisionaran entre sí a grandes velocidades y no pudieran agruparse. Se formó así el cinturón de rocas que puede observarse actualmente.

 

Algunos Asteroides tienen incluso satélites a su alrededor.

 

Los asteroides fueron descubiertos primero teóricamente, tal como sucedió con el descubrimiento de Neptuno y Plutón. En 1776, el astrónomo alemán Johann D. Titius predijo la existencia de un planeta entre Marte y Júpiter.

 

Descubriendo asteroides:

En 1801 Giuseppe Piazi descubrió un cuerpo celeste orbitando a la distancia predicha anteriormente. El tamaño del objeto, bautizado como Ceres, era menor de lo esperado (1025 kilómetros), por lo que no se ajustaba completamente al modelo propuesto. Un año después, Heinrich Olbers (1758-1840) descubrió otro asteroide de similares características: Palas.

 

En 1807, Heinrich Olbers sugirió que, en lugar de un planeta intermedio, existiesen más cuerpos residuales de un planeta mucho mayor. Hoy sabemos que esto no fue así, sino que estos asteroides son cuerpos que no llegaron a agregarse durante los comienzos del Sistema Solar para formar un planeta, posiblemente debido a la enorme fuerza gravitatoria del cercano Júpiter.

 

Las naves que han navegado a través del cinturón de asteroides han demostrado que está prácticamente vacío y que las distancias que separan los unos de los otros son enormes. La probabilidad de encontar a uno es mínima.

Los asteroides del cinturón se formaron, según una teoría, a partir de la destrucción de un planeta, un pequeño planeta. Habría que juntar 2.500 veces los asteroides conocidos para tener la masa de la Tierra.

 

Según otra teoría, un grupo de unos 50 asteroides se formaron con el resto del Sistema Solar. Después, las colisiones los han ido fragmentando.

Dentro del cinturón hay lagunas, zonas donde no gira ningún asteroide, a causa de la influencia de Júpiter, el planeta gigante más cercano.

Los llamados asteroides Troyanos están situados en dos nubes, una que gira 60° por delante de Júpiter, en el plano de su órbita, y la otra 60° por detrás.

La distribución espacial de los asteroides está condicionada por la presencia de Júpiter. La gravedad de este planeta gigante crea zonas resonantes en las que se acumulan los asteroides, como los troyanos.

© 2020 Darth-Noise Buscando en las Estrellas 

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